Este sitio da miedo; lo reconozco.
Menos mal que tengo acompañantes valientes, y eso hizo que esta sesión fuese más llevadera.
Ya de verlo desde la carretera a unos 300 metros, impone mucho, pero al llegar allí y verlo iluminado con la luz de la luna casi llena, por pocas y me hace dar la vuelta e irme de allí. Pero al final mereció la pena y me encantan las fotos que salieron.
Os dejo esta muestra de diferentes procesados.
SALUDos y besos.
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